-Podés escuchar esta carta acá-

Hola ¿cómo estás? Antes que nada, gracias por estar del otro lado y tomarte un ratito para compartir este espacio.

Es la primera vez que empiezo a pensar en un tema para la carta y, como volantazo de último momento, giro y tomo otra dirección. Se me hace difícil escribir sobre algo que no me está pasando en el presente. Así que me detuve a pensar en lo que estaba viviendo y descubrí que quería abrir un diálogo sobre el cuerpo.

Quizás ya tengas una primera idea en tu mente porque es una palabra que está cargada con muchísimos sentidos, pero me gustaría adentrarme brevemente en algunos.

Hace unos días estuve repasando cómo se dicen las diferentes partes del cuerpo en italiano. Puede sonar un poco raro, pero cuando tenés que hablar en un idioma nuevo te das cuenta que las palabras más automáticas en nuestra lengua ya no están y empezamos a señalar y buscar la forma de comunicarnos. Repasar cómo decir hombro, boca, pierna, cabeza, me invitó a observar ese momento como una instancia de juego, pero también de simpleza, de volver a lo pequeño, para sentir y para estar presente.

Esta carta la empecé a escribir en una ciudad y la terminé en otra. A partir de ahora te voy a escribir desde Torino, mi nuevo hogar. Y este movimiento me invitó a pensar que el cuerpo es el primero que siente todo lo que pasa alrededor y la mente lo entiende un tiempo después.